LA NUBE TRISTE
PEDRO BASCUÑANA MUÑOZ 3º CURSO
Érase una vez, una nube fea y llorona que no tenía amigos. A nadie le gustaba que lloviese todo el tiempo y a nadie le gustaba su carácter.
La nube, que se llamaba Fena, estaba muy triste. Pero un día, una niña le preguntó:
- ¿Qué te pasa? Dijo la niña.
La nube respondió:
- ¡Qué nadie me quiere! Dicen que soy muy fea y lloro mucho, por eso no para de llover. El invierno me ha hecho muy fea…
La niña le dijo:
- A lo mejor te puedo ayudar.
- Vale, dijo Fena, ¿cómo puedes ayudarme?
- Si me dejas, puedo llamar a mis amigos y podemos ponerte guapa. Dijo la niña.¿ No creo que les importe?
- Venga, ¡hazlo!
- No te vayas, enseguida volvemos.
- Me he hecho amiga de la nube dijo la niña a sus amigos y debemos ayudarla: si no deja de llorar, no podremos salir a jugar. Sus amigos, tardaron mucho en convencerse, pero pensaron que era mejor.
La niña trajo pintalabios, el niño más alto trajo unos lazos para hacerle unas coletas y el hijo del lechero le trajo leche para que se ponga más blanca.
Al final la pusieron guapa, y se hizo muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimos amigos, y así nunca volvió a llorar.
La nube, que se llamaba Fena, estaba muy triste. Pero un día, una niña le preguntó:
- ¿Qué te pasa? Dijo la niña.
La nube respondió:
- ¡Qué nadie me quiere! Dicen que soy muy fea y lloro mucho, por eso no para de llover. El invierno me ha hecho muy fea…
La niña le dijo:
- A lo mejor te puedo ayudar.
- Vale, dijo Fena, ¿cómo puedes ayudarme?
- Si me dejas, puedo llamar a mis amigos y podemos ponerte guapa. Dijo la niña.¿ No creo que les importe?
- Venga, ¡hazlo!
- No te vayas, enseguida volvemos.
- Me he hecho amiga de la nube dijo la niña a sus amigos y debemos ayudarla: si no deja de llorar, no podremos salir a jugar. Sus amigos, tardaron mucho en convencerse, pero pensaron que era mejor.
La niña trajo pintalabios, el niño más alto trajo unos lazos para hacerle unas coletas y el hijo del lechero le trajo leche para que se ponga más blanca.
Al final la pusieron guapa, y se hizo muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimos amigos, y así nunca volvió a llorar.